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3x22 La ventana discreta

  • Foto del escritor: Sergio Camuñas Gómez
    Sergio Camuñas Gómez
  • 20 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

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¿Quién iba a decir que en cuestión de segundos puede cambiar tu vida? Ya no solo la tuya, la de la humanidad. Marzo de 2020 será una fecha que recordaremos siempre. Puede que este post no sea el más extenso, pero si el más profundo. Porque estos párrafos que escribo a continuación los hago mirando a través de la ventana de mi habitación, un día gris, y no un día gris cualquiera. Un día más de esta cuarentena que no sabemos cuándo acabará.


Parece mentira que hace tan solo un mes fantaseásemos con la idea del plan Bridget: casa, vino, edredón, helado y un “All by Myself“ de Celine Dion desesperado.


Fantaseábamos con ello al saber que el plan era algo aislado, que nos daría la satisfacción y el descanso que otorga la soledad en momentos, en los que la vida te golpea con grandes dosis de sociabilidad y relaciones sinsentido.


Fantaseábamos con ese plan porque sabíamos que al día siguiente todo volvería a la normalidad y pasearíamos por las calles de nuestra ciudad cual Carrie Bradshaw por el asfalto abarrotado de Nueva York.


Al privarnos de ese día después, los planes a lo Ms/Mr Jones se han visto transformados en una imposición y nos hemos dado cuenta de que no es lo que realmente buscamos. Hemos descubierto que la vida es para salir y, paradójicamente, lo hemos descubierto mirando a través de una ventana, desde la que solo podemos redescubrirnos. En este momento en el que tenemos tiempo para todo, no tenemos tiempo para ser querer ser Bridget.


Ahora queremos ser Harry, Ron o Hermione y trastear todo lo que podemos en Hogwarts. Queremos ser Marty McFly para recorrer con un Delorian el pasado y el futuro, sin necesidad de tener que hacerlo con el recuerdo de nuestro móvil. Ted, para salir cada día en busca de un nuevo y fracasado amor. Incluso Rachel, para dejarlo todo y terminar siendo la mano derecha de Ralph Lauren.


Queremos ser sin poder ser. Y el día que podamos, puede que se nos olvide de nuevo lo que realmente importa.


Pensemos en ello mientras miramos por esa ventana en la que estamos redescubriéndonos y cambiémoslo desde dentro para salir con más fuerza y esperanza que nunca. Para pisar la calle con música imaginaria de fondo como en nuestras películas y series favoritas. Para, como en el final de una gran temporada, mirar a cámara y lanzar una sonrisa que dé pie al comienzo de la siguiente.


Como al final de cada etapa, xoxo Olite43.

 
 
 

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