1x14 En busca de la oportunidad.
- Sergio Camuñas Gómez
- 3 abr 2017
- 3 Min. de lectura

Donde vayas de los tuyos haya. No hay nada como una frase inspiradora de tus padres, un refrán de pueblo o un chascarrillo que dé sentido a tu existencia. Y es que los mayores son sabios, eso ya lo sabemos, mientras, nosotros repetimos una y otra vez los errores del pasado que ellos ya se han empeñado en hacernos esquivar.
Nos pasamos años intentando encontrar un camino que nos llevará a la meta que deseamos, cuando ya deberíamos haber aprendido de nuestros antecesores que la vida da giros inesperados y que el camino puede llevar a carreras comarcales o autovías que pueden llegar a ese punto, o de repente encontrar un pueblo perdido en la nada en el que nos sentimos más a gusto que en el fin de nuestros milimétricos planes.
A modo “Anteriormente en Olite43…” quiero hacer un repaso de lo que llevamos vivido hasta ahora. Partimos de la base que en el 1x03 dejaba todo para dar el ultimátum a los asuntos que dejé a medias en el pasado (La universidad de toda la vida) pasando a contaros en el 1x05 que tengo una obsesión compulsiva con mi tarjeta de crédito y las adquisiciones materiales que ella conlleva, vamos, que dame algo y ponle precio, que ya veo yo la manera de darle uso.
Ahora que vuelvo a estudiar economía estoy de nuevo en plena pubertad de cuentas y cálculos y de momento llevo aprendido lo siguiente:
INGRESOS 0 + COMPRADOR COMPULSIVO = DEPRESIÓN SEVERA.
Tras una búsqueda ardua de un nuevo interés laboral, empecé con altas expectativas, haciendo criba entre lo que de verdad quería hacer y en lo que cuatro meses después he acabado. No me quejo, pero es la historia de siempre.
Después de meses al final vuelvo a la raíz del problema, al encasillamiento del pobre, el “lo hago para vivir”, y así seguimos. Pero hasta el pobre tiene limitaciones en su pobreza. Ya no encuentras trabajo como antes, no es novedad, y después de un tiempo intentándolo vuelves a recordar la frase de tus padres: “Dónde vayas de los tuyos haya”. Grande.
Es cierto, el fenómeno “enchufe” es la mayor prueba de que la amistad y los contactos son reales. Tener un amigo que conozca alguna oferta de trabajo te convierte en la persona con más suerte del mundo, pobre del que se encuentre al otro lado, más pobre aún de lo pobre que puede llegar a ser el enchufado. Pero pensarlo un poco, aunque pueda parecer injusto, ponerlo en vosotros mismos ¿A quién confiarías la responsabilidad de tu propio negocio? Puede que el enchufado salga rana, pero más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, hablando en términos del refranero español.
Estamos en una sociedad que se siente poco receptiva a este tipo de contratación, pero en realidad es que es la única que impera hoy en día, las oportunidades solo las tienen los que nacen con suerte y en el caso del estrellado, pues siempre quedan los contactos, lo malo es cuando te encuentras en el lado opuesto de la cara de la moneda, es ahí cuando todo parece injusto.
Dentro de este fenómeno predominan los que de verdad están a la altura del enchufe, nunca vas a hacer recomendación de alguien que crees que no va a responder por ti, es una prueba de fuego en una amistad consolidada, ya que talento y fraternidad muchas veces no van unidos. Una amistad que sobreviva a la infravaloración será fuerte de por vida, aunque no hay demasiadas que lo consiguen, es como los cuernos conyugales.
El caso es, aprendamos más de nuestros mayores, no digamos “nunca me vendería” porque todos tenemos un precio. La triste realidad es que tenemos que trabajar para vivir o al menos sobrevivir. Cuando Te digan: “Déjame que hable con alguien para ver si pueden conseguirte un trabajo en su empresa” no digas no, no intentes valerte por ti mismo si puedes tomar la mano de alguien que acuda en tu ayuda, no está mal, no eres peor persona ni vales menos por ello. Vas a dar lo mejor de ti para que no vean que conseguiste estar donde estás por unos trámites de palabra entre conocidos. Mira los mayores enchufados del cine: Julia Roberts, Tory Spelling (Sensación de vivir), o incluso los hijos de Will Smith, todos con carreras consolidadas o con un futuro prometedor (el caso Paris Hilton no se incluye).
Además de valer por lo que eres también lo haces por las personas a las que tienes alrededor, al final del camino te darás cuenta que llegaste a la meta gracias a la persona que cambió la rueda de tu coche para que no fallases en el transcurso, a parte, además, darás sentido al “más sabe el diablo por viejo que por diablo” y por fin te darás cuenta de que ya has superado una de las piedras que nunca creíste sobrepasar, que poco a poco te están llevando a un nuevo punto del viaje, la madurez.
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