1x13 La lista de Disney.
- Sergio Camuñas Gómez
- 27 mar 2017
- 3 Min. de lectura

Cuando estás acostumbrado a llevar la contraria es fácil no conformarte con cualquier cosa. Para los que me conocen sabrán que soy un inconformista y un defensor de las causas perdidas. Si algo gusta en masa desde el primer momento, me niego a que ese sentimiento de gusto me invada y busco una alternativa que pueda ser apoyada por una minoría más o menos exigente.
Siempre tengo en mente esta frase: “No existe la mala publicidad, solo la publicidad a secas” y por eso tengo títulos como La reina de España en la lista de películas a ver. Siempre busco lo malo de lo bueno y lo bueno de lo malo, convirtiendo fenómenos en cosas del montón y lo infravalorado en temas destacados de mi circulo de influencia.
Como buen inconformista aquí estoy un lunes más para infravalorar lo que el mundo ensalza y dar paso a las mamarrachadas que de verdad importan.
Cuando el mundo se paraliza por una película no sé si es bueno o malo, en mi caso me pasa algo así a como el fenómeno de la biker amarilla de Zara, a simple vista llamó tu atención, pero cuando viste que tenían la imitación hasta en el chino de la esquina de tu casa, perdió.
Pues en el cine es igual, me acuerdo de ver el tráiler de la Bella y la bestia, esperarla, ver como todos iban a verla, morirme de la envidia y querer ser de esas personas que subía un Instagram stories con la foto del cartel o el boomerang del momento “bella y bestia son”. Y al final he ido, y me ha gustado, a secas, sin más.
Disney lleva unos años avasallándonos con adaptaciones de los clásicos que están pasando a convertirse en nuestro pan de cada día, sin perdonar nuestras ofensas y sin dejarnos perdonar a los que nos ofenden, nos hace caer en la tentación y no nos libra ni mucho menos del mal de pagar quince euros por cabeza de media en las salas de cine. Sabe lo que vende y en la era de la nostalgia estas adaptaciones son un éxito asegurado en la taquilla, puede que te guste o no, pero seguro que haces cola para ver que ofrece de nuevo el viejo Walt.
Y ahí juega la mente de los inocentes que creen ser ellos mismos los que la controlan, pero no. Cuando te empeñas en que te guste algo al final te termina gustando, sabéis que siempre me gusta poner ejemplos explicativos y ahí va uno, es como cuando tienes a esa amiga que cambia de estilo según el novio que tiene, se entiende, ¿No? La predisposición hace mucho ante la pantalla y los comentarios halagadores de tu alrededor hacen que pienses como ellos, ante este tipo de situaciones queremos apasionarnos con lo que vamos a ver cuando en realidad debería ser al revés.
No voy a criticar la labor de Disney, no me atrevería, creo que avanza a pasos agigantados en temas que todavía se ven en numerosos medios como tabú e impulsa movimientos que solo ellos pueden emprender. En estos últimos años he podido ver una Maléfica que nos enseñó que todo malvado tiene su corazón, una madrastra de La Cenicienta que ha mostrado que no tienes que ser horrible en apariencia para tener un interior perverso y una Bella y la Bestia donde el amor es amor sin importar, raza, etnia, físico u orientación sexual.

Reivindico la frescura que no veo desde Frozen, donde a día de hoy ha conseguido mantener la magia en niños y niñas, y no tan niños ni tan niñas. Esa magia a la que nos aferramos cada vez que vemos anunciado un nuevo proyecto suyo.
Ya no solo hablo de Disney, hablo de todas aquellas películas que veías una y otra vez y que cada vez es más difícil encontrar. Coincide que esta misma semana se ha estrenado también el corto de Love Actually (para los que hayan leído el especial de navidad sabrán que es mi película favorita de todos los tiempos) y me ha pasado algo más o menos igual. Lo deseaba con todas mis fuerzas y solo he visto una repetición seguida de los grandes tópicos de la primera.
Seamos inconformistas y pidamos (que no exijamos) más, para algo gratis que tenemos hoy en día hay que aprovecharse, nuestra palabra va más allá de donde nosotros creemos, yo sé de algunos que pidieron como imposible nieve en primavera y han visto su sueño hecho realidad.
Comments