1x06 Aquellos Maravillosos 90.
- Sergio Camuñas Gómez
- 5 dic 2016
- 3 Min. de lectura

No sé si la nostalgia de estos días viene motivada por OT el reencuentro o porque se acerca la mejor época del año o simplemente porque crecemos y creemos que cualquier tiempo pasado fue mucho mejor. Hace ya dos años que escribí sobre regalar recuerdos por navidad asique no profundizaré sobre ese tema, no quiero que suene repetido. Pero si algo me caracteriza es mi anclaje en el pasado, en mis gustos puede apreciarse, y es que recuerdo la infancia como algo muy feliz, más que feliz, inocente. Y esa inocencia, una vez perdida, no vuelve a recuperarse.
O puede que sí.
Esta semana nos hemos movilizado, una vez más (todo sea dicho) aquella pandilla de pillos del 92. Aquellos que nacieron junto con Curro y Boby, aquellos “vivos vivientes” que crecerían con Los Rugrats, La pajarería de Transilvania y Pokemon. Una generación que ha dejado pasar casi un cuarto de siglo para reunirse de nuevo.
Y es ahí cuando la nostalgia y la ilusión vuelven a estar servidas. Puede que la moda no acompañe en el recuerdo de aquellos días y no es para menos, los pantalones “campana” destrozados de los bajos, los “pirata” o los “corsarios” no eran muy favorecedores, pero dan tema de conversación para largo. La sonrisa viene cuando volvemos a hablar de que veíamos, que cantábamos, a que jugábamos. Esos sábados con Punky Brewster o Malcom en Megatrix incluso el recopilatorio de temas de Operación Triunfo, UPAdance o Sclub7 eran mejor que la música “reggaetonera” o los sábados de zapping sinsentido de ahora, sin ofender.

Somos la generación que vio el despertar de Britney Spears y que pasaba los veranos por la mañana enganchados a las series de La2 empezando por Hercules, pasando por Las gemelas de Sweet Valley y terminando por Xena: la princesa guerrera. Los que aun siendo menores podían ver la tele en las tardes de domingo en Telecinco con Embrujadas y Cazatesoros. Probablemente los que se escandalizaron viendo a Valle bailar encima de una tarima al ritmo de Dover en No te fallaré. Y los que iban al colegio solos y deseaban que llegase la tarde para salir a la calle simplemente a jugar (particularmente a coger un palo de la calle y creerme Harry Potter, alguna ventaja tenía que tener llevar gafas por aquel entonces).
Da igual quien haya mantenido relación con quien en estos últimos años. Por aquel entonces nadie pensaba que 20 años después fuésemos a juntarnos de nuevo, principalmente porque nadie tenía consciencia alguna de que algún día tendríamos que separarnos. Da igual si eras del A, B o C hoy esas batallas (bélicas por cierto) han quedado atrás. Todos hemos cambiado, nuestros sueños, nuestras metas, de hecho puede que no tengamos relación con la persona con quien tantos años compartimos pupitre, pero esta es la ocasión perfecta para cambiarlo todo. Para conocer más de nosotros mismos y cambiar un simple hola por una larga conversación. Puede que no surja así, pero está hablando por mí la inocencia y cuando surge nunca hay que achantarla.
Tengo muchas ganas de que llegue el día y saber que ha sido de todos, ver como personas con gustos tan iguales que han crecido casi con las mismas cosas, han tomado diferentes caminos. Después de todo nadie me hubiese dicho que acabaría aquí escribiendo.
Y no podemos ponernos en plan, mi época fue mejor que la tuya, pero venga ya, nosotros fantaseábamos con que las Spice Girls eran novias de los Backstreet Boys. Y eso amigos, no tiene precio.




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